DROGAS PSICOACTIVAS :MARIHUANA Y HACHIS
Se llama marihuana (porro, faso, etc) al preparado elaborado a partir de las flores, hojas y tallos pequeños provenientes de la planta Cannabis Sativa.
En el cannabis están presentes unos sesenta compuestos químicos con efectos psicoactivos (es decir, con capacidad para alterar el funcionamiento normal de nuestras neuronas). Se los conoce como cannabinoides. El principal de estos compuestos es el THC (delta- 9- tetrahidrocannabinol), al cual se le atribuyen la mayor parte de los efectos que produce la sustancia.
El hachís (también llamado "chocolate") es una pasta formada por las secreciones resinosas de THC que se almacenan en las flores de la planta hembra. Contiene por lo general concentraciones mucho más altas de THC y por eso el efecto suele ser más potente que el de la marihuana.
El THC es soluble en grasa, por lo que tiende a acumularse en los tejidos adiposos del organismo (fundamentalmente en el cerebro). Tiene una vida media de aproximadamente siete días, lo cual significa que una semana después de que la consumís, tu organismo no ha conseguido eliminar más que un 50 % de la sustancia.
La marihuana ha sido clasificada de diversas maneras. En la actualidad, se la tiende a considerar como una droga depresora del Sistema Nervioso Central, ya que sus efectos son, en cierta medida, similares a los del alcohol. Sin embargo, sus efectos específicos modificadores de la percepción han hecho que algunos autores la incluyan en la categoría de alucinógenos menores.
Cuando hablamos de que la marihuana modifica la percepción hacemos referencia a esos efectos que quizás conozcas, como por ejemplo, percibir los colores como más intensos, percibir los sonidos de forma diferente, o percibir por ejemplo, que el tiempo pasa más lento.
¿Cómo se consume?La marihuana y el hachís pueden ser consumidos por vía oral (ingestión) o bien fumados. También pueden ser utilizados como ingredientes para la preparación de tortas, galletitas y otras comidas.
Los efectos de la marihuana , del hachís:
En el plano fisiológico: aumento del apetito, sequedad de boca, enrojecimiento de la conjuntiva de los ojos, brillantez de la córnea, taquicardia, sudoración, analgesia moderada, somnolencia, y dificultades en la coordinación motora.
En el plano psicológico: sensación de euforia, relajación, desinhibición, cambios sensoriales y perceptivos, pérdida de concentración y disminución de la coordinación. En altas dosis puede provocar alucinaciones (este es el efecto que hace que algunos autores consideren a la marihuana como un alucinógeno menor).
Cuando se consume fumada, el humo es rápidamente absorbido por los pulmones y llega al cerebro en un corto período de tiempo, por lo cual sus efectos comienzan a notarse a los pocos minutos de su consumo.
Cuando es ingerida por vía oral, los efectos demoran más en aparecer y pueden llegar a durar entre tres y cuatro horas.
En cuanto a su potencial adictivo, es decir, en cuanto a su capacidad para generar dependencia, el cannabis no parece dar lugar a dependencia física, aunque se ha descrito cierta reacción de abstinencia en usuarios crónicos al interrumpir su consumo, caracterizada por ansiedad, irritabilidad, pérdida de apetito, temblores e insomnio.
Por otra parte, puede conducir a cierta dependencia psicológica, entendiendo por tal la dificultad para experimentar determinadas sensaciones y hacer frente a ciertas exigencias cotidianas si no se está bajo los efectos de la sustancia.
¿Qué riesgos puede tener el consumo de marihuana y hachís?
Los principales riesgos del cannabis están asociados a los efectos perjudiciales que podría llegar a generar en el sistema respiratorio cuando es fumada. El humo de la marihuana puede llegar a producir bronquitis crónica, enfisema pulmonar y cáncer de pulmón.
Debemos de tener en cuenta además que para experimentar al máximo los efectos de esta sustancia los consumidores inhalan profundamente el humo, lo retienen al máximo en los pulmones y no usan filtro. Por otra parte, el consumo asociado de tabaco puede incrementar las probabilidades de que se de alguna disfunción de este tipo en el sistema respiratorio.
En cuanto al sistema circulatorio, el consumo de cannabis provoca de manera casi inmediata taquicardia, por lo cual las personas que padecen insuficiencia cardíaca o hipertensión (presión arterial alta) podrían ver empeorados sus síntomas.
Por otra parte, la acumulación de THC en el cerebro puede provocar alguno de estos efectos:
- Puede entorpecer la memoria, sobre todo, la memoria a corto plazo, lo cual dificulta la retención de los sucesos que se han vivido bajo los efectos de la sustancia.
- Puede alterar la capacidad de concentración
En caso de ser consumida con alcohol, esta combinación puede dar lugar a lipotimias (mareos o desmayos) como consecuencia de la acción vasodilatadora del alcohol y el aumento en el consumo cerebral de oxígeno que provoca el THC. El cerebro necesita más oxígeno de lo habitual y dispone de una cantidad menor del mismo.
Podría además generar ciertos problemas psiquiátricos en aquellos usuarios crónicos con una condición esquizofrénica pre-existente.
Si eres mujer y estás embarazada ...Hay algunas discrepancias acerca de los efectos que fumar marihuana puede causarte y causarle a tu bebé durante el embarazo. Estas discrepancias se dan porque a menudo, las mujeres embarazadas que fuman marihuana, usan también otras drogas como tabaco y alcohol. De esta forma resulta difícil identificar con exactitud qué es lo que causa la marihuana y qué es lo que causan las otras drogas, los efectos se mezclan y resulta difícil distinguir cuáles son provocados por una sustancia y cuáles por otra.
A pesar de que no se sabe con exactitud qué efectos puede causar el fumar marihuana a tu bebé, lo que sí sabemos es que si fumás marihuana durante el embarazo:
- Tu bebé podría tener menos oxígeno que el que necesita para desarrollarse
- Podrías tener un parto prematuro
- El fumar marihuana con regularidad podría impedir que te des cuenta de que estás embarazada, porque puede ocultar algunos signos de embarazo como las náuseas. Y si no te das cuenta de que estás embarazada y seguís fumando, hay más posibilidades de que tu bebé salga perjudicado.
Ahora bien, si vos no fumás pero te fuman al lado, al igual que con el cigarrillo, el humo de la marihuana puede afectarte y afectar a tu bebé, por lo que es mejor que te mantengas alejada de la corriente de humo cuando hay alguien fumando.
Si decidiste consumir marihuana o hachís tené en cuenta lo siguiente:
- Tratá de conseguirla con alguien de tu confianza para asegurarte de que lo que te venden es de buena calidad. Para detectar posibles adulteraciones o "cortes", hacé la "prueba de la boquilla". Probá siempre la primera pitada de marihuana con una boquilla para reducir nicotina y alquitrán de los cigarrillos. Si se vuelve negra enseguida es porque contiene goma arábica u otras porquerías. Tirala sin pensarlo más.
- Las primeras veces (si nunca fumaste o estás experimentando con una sustancia que no conocés), fumá en compañía de alguien de tu confianza. Quizás esto te ayude a sentirte más seguro. No fumes estando solo si no sabés cómo te va a "pegar".
- El ambiente adecuado para consumir marihuana es una ambiente donde puedas estar tranquilo y relajado, sin estímulos estridentes como ruidos o aglomeraciones de gente.
- No consumas marihuana si estás desanimado, de mal humor o poco predispuesto, podría "pegarte mal" y generarte efectos desagradables.
- Es preferible que no mezcles marihuana con alcohol porque podría generarte vómitos. Además, podría generarte una lipotimia (mareo o desmayo) al combinarse el efecto vasodilatador del alcohol y el aumento del consumo cerebral de oxígeno que produce la marihuana. La necesidad de más oxígeno cerebral y una menor disponibilidad del mismo pueden conducir a la lipotimia.
- Si notás ansiedad o paranoia cuando fumás, dejá de fumar y relajate. La ansiedad, el desánimo, la paranoia se presentan en ocasiones como reacciones negativas secundarias al consumo de marihuana, pero en la inmensa mayoría de las ocasiones son pasajeras. Si las notás, no te asustes, dejá de fumar, relajate y espera con tranquilidad a que vayan desapareciendo.
- Si algún amigo sufre un "mal viaje", tranquilizalo, tratalo con dulzura mientras se le pasa. Si se encuentra aterrorizado, se siente perseguido o con pánico, mantené la calma, llevalo a un lugar relajado y tranquilizalo. Tratalo con afecto, evitando comentarios de mal gusto o gestos que pueda interpretar como una amenaza. Dale la seguridad de que poco a poco se va a mejorar se le va a pasar la sensación desagradable. Si aumenta la agitación o el delirio paranoico de forma preocupante, buscá a un médico u otro técnico especialista.
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